Un frenético ritmo de vida provoca numerosos cambios negativos en nuestro cuerpo. Uno de los más conocidos pasa por nuestro pelo, ya que comienza a caerse y a volverse blanco o grisáceo.
Bien es conocido por todos que el estrés es el culpable, en muchas ocasiones, del resentimiento que sufre nuestro cuerpo. Dolores de piernas, cabeza, ansiedad… son algunos ejemplos que puede provocarnos un exceso de obligaciones diarias. Uno de los problemas más comunes es la aparición de canas.
A medida que pasan los años, nuestro organismo, obviamente, va envejeciendo y físicamente sufrimos cambios bastante notables. Pero el estrés puede provocar un aceleramiento de este proceso.
El agotamiento físico y mental nos pasa factura. Uno de los ejemplos más claros fue el de Barack Obama. El primer presidente afroamericano de los Estados Unidos de América, cuando llegó a la Casa Blanca, tenía un cabello negro sin ninguna cana. Sin embargo, al poco tiempo de llegar al poder, comenzó su encanecimiento.
Es lo que comúnmente conocemos como el Síndrome de María Antonieta. La reina consorte de Francia durante parte del siglo XVI, y esposa de Luis XVI, fue excéntrica, frívola y odiada por el pueblo. Cuando su marido fue derrocado de la corona y guillotinado, ella pasó un tiempo encerrada en una celda. Finalmente, fue condenada a tener el mismo destino que su cónyuge. Se cuenta que la mañana de la ejecución, María Antonieta se despertó con todo el pelo blanco fruto de los nervios, estrés y ansiedad que sufrió por su sentencia.
La explicación científica
Según un estudio de la Universidad de Harvard, la repentina aplicación de canas en nuestro cabello tiene un razonamiento lógico. Nuestro cuero cabelludo está formado por una media de 100.000 folículos capilares cuyo color está determinado por los melanocitos, unas células que adquieren diferentes totalidades en función de la absorción de la luz.
Nuestro ciclo normal de crecimiento de cabello está formado por tres fases principales: regeneración del folículo piloso (anágeno), degeneración (catágeno) y descanso (telógeno). La producción de los melanocitos comienza en la primera fase, pero con el envejecimiento la cantidad de éstos va descendiendo y, por ello, nuestro pelo se torna grisáceo hasta llegar al blanco.
El equipo de Harvard comprobó que la corticosterona, que es la hormona que se dispara ante las situaciones de peligro o ansiedad que nos inentiva a huir, produce un aumento excesivo de melanocitos lo que provoca, a su vez, su agotamiento prematuro. Como consecuencia, nuestro pelo pierde su color natural.

El estrés
«El estrés es una respuesta inespecífica del organismo a cualquier presión o exigencia». Se produce, normalmente, por el «estresor», una circunstancia externa o interna que contemplamos como una amenaza. El potencial estresante no son tanto aquellas acciones o hechos que hacen que nos estresemos, sino la manera que tenemos nostros de digerir toda esa ansiedad.
Otro de los famosos estudios de la Universidad de Harvard, dieron a conocer que cuando el nivel de presión de una persona es grande y no sabe gestionarlo bien, cae su claridad mental, su capacidad de comprensión y aprendizaje. Por esta razón, aumenta su indecisión y no consigue resolver bien sus problemas.
Normalmente, el estrés está concevido como algo negativo en su totalidad, pero eso no es del todo cierto. Es necesario para poder afrontar los cambios. Nos ayuda a desarrollarnos adecuadamente, evolucionar y conseguir nuestros objetivos y metas.
Aún así, una de las mejores técnicas para combatir la ansiedad y el agotamiento físico y mental de nuestro día a día es el mindfulness. Esta técnica es la capacidad de estar plenamente presente en el aquí y ahora, es decir, ser plenamente conscientes de lo que nos pasa en cada momento. Es una meditación atencional que se basa en la conexión con nosotros mismos y en la relajación.
Todas las actividades que se realizan como entrenamiento de este programa agrandan zonas del hipocampo, lo que provoca la regulación de las reacciones basadas en el miedo.

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